Poemas de Pablo Neruda em Espanhol
Pablo Neruda, poeta chileno, foi um dos mais importantes poetas castelhanos do século XX. Seu nome verdadeiro é Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto. Ele nasceu no dia 12 de julho de 1904, em Santiago. E faleceu no dia 23 de setembro de 1973, tendo sido acometido por um câncer de próstata. Após mover uma ação de modificação de nome civil, o pseudônimo Pablo Neruda tornou-se o seu nome legal.
Confira abaixo alguns poemas de Pablo Neruda em Espanhol:
• Viejo Ciego, Llorabas
Viejo ciego, llorabas cuando tu vida era
buena, cuando tenías en tus ojos el sol:
pero si ya el silencio llegó, ¿qué es lo que esperas,
qué es lo que esperas, ciego, qué esperas del dolor?
En tu rincón semejas un niño que naciera
sin pies para la tierra, sin ojos para el mar,
y como las bestias entre la noche ciega
sin día y sin crepúsculo- se cansan de esperar.
Porque si tú conoces el camino que lleva
en dos o tres minutos hacia la vida nueva,
viejo ciego ¿qué esperas, qué puedes esperar?
Y si por la amargura más bruta del destino,
animal viejo y ciego, no sabes el camino,
ya que tengo dos ojos te lo puedo enseñar.
• Sensación De Olor Fragancia de lilas…
Claros atardeceres de mi lejana infancia
que fluyó como el cauce de unas aguas tranquilas.
Y después un pañuelo temblando en la distancia.
Bajo el cielo de seda la estrella que titila.
Nada más. Pies cansados en las largas errancias
y un dolor, un dolor que remuerde y se afila.
…Y a lo lejos campanas, canciones, penas, ansias,
vírgenes que tenían tan dulces las pupilas.
Fragancia
de lilas…
• Viejo Ciego, Llorabas
Viejo ciego, llorabas cuando tu vida era
buena, cuando tenías en tus ojos el sol:
pero si ya el silencio llegó, ¿qué es lo que esperas,
qué es lo que esperas, ciego, qué esperas del dolor?
En tu rincón semejas un niño que naciera
sin pies para la tierra, sin ojos para el mar,
y como las bestias entre la noche ciega
sin día y sin crepúsculo- se cansan de esperar.
Porque si tú conoces el camino que lleva
en dos o tres minutos hacia la vida nueva,
viejo ciego ¿qué esperas, qué puedes esperar?
Y si por la amargura más bruta del destino,
animal viejo y ciego, no sabes el camino,
ya que tengo dos ojos te lo puedo enseñar.
• Inicial
HE IDO bajo Helios, que me mira sangrante
laborando en silencio mis jardines ausentes.
Mi voz será la misma del sembrador que cante
cuando bote a los surcos siembras de pulpa ardiente.
Cierro, cierro los labios, pero en rosas, tremantes
se desata mi voz, como el agua en la fuente.
Que si no son pomposas, que si no son fragantes,
son las primeras rosas —hermano caminante—
de mi desconsolado jardín adolescente.
• El Encantamiento
MELISANDA, la dulce, se ha extraviado de ruta,
Pelleas, lirio azul de un jardín imperial,
se la lleva en los brazos, como un cesto de fruta.
• El Pueblo
LA SOMBRA de este monte protector y propicio,
como una manta indiana fresca y rural me cubre;
bebo el azul del cielo por mis ojos sin vicio
como un ternero mama la leche de las ubres.
Al pie de la colina se extiende el pueblo, y siento,
sin quererlo, el rodar de los tranways urbanos;
una iglesia se eleva para clavar el viento,
pero el muy vagabundo se le va de las manos.
Pueblo, eres triste y gris. Tienes las calles largas,
y un olor de almacén por tus calles pasea.
El agua de tus pozos la encuentro más amarga.
Las almas de tus hombres me parecen más feas.
No saben la belleza de un surtidor que canta,
ni del que la trasvasa floreciendo un concepto.
Sin detenerse, como el agua en la garganta.
Desde sus corazones se va el verso perfecto.
El pueblo es gris y triste. Si estoy ausente pienso
que la ausencia parece que lo acercara a mí.
Regreso, y hasta el cielo tiene un bostezo inmenso.
Y crece en mi alma un odio, como el de antes, intenso.
Pero ella vive aquí.
• El Padre
TIERRA de sembradura inculta y brava,
tierra en que no hay esteros ni caminos
mi vida bajo el Sol tiembla y se alarga.
Padre, tus ojos dulces nada pueden,
como nada pudieron las estrellas
que me abrasan los ojos y las sienes.
El mal de amor me encergueció la vista
y en la fontana dulce de mi sueño
se reflejó otra fuente estremecida.
Después… Pregunta a Dios por qué me dieron
lo que me dieron y por qué después
supe una soledad de tierra y cielo.
Mira, mi juventud fué un brote puro
que se quedó sin estallar y pierde
su dulzura de sangres y de jugos.
El sol que cae y cae eternamente
se cansó de besarla… Y el otoño.
Padre, tus ojos dulces nada pueden.
Escucharé en la noche tus palabras, … niño, mi niño…
Y en la noche inmensa
seguiré con mis llagas y tus llagas.
• Puentes
PUENTES: arcos de acero azul adonde vienen
a dar su despedida los que pasan,
— por arriba los trenes,
por abajo las aguas —,
enfermo de seguir un largo viaje
que precipia, que sigue y nunca acaba.
Cielos — arriba —, cielos,
y pájaros que pasan
sin detenerse, caminando como
los trenes y las aguas.
¿Qué maldición cayó sobre vosotros?
¿Qué esperáis en la noche densa y larga
con los brazos abiertos como un niño
que muere a la llegada de su hermana?
¿Qué voz de maldición pasiva y negra
sobre vosotros extendió sus alas,
para hacer que siguieran
el viaje que no acaba
los paisajes, la vida, el sol, la tierra,
los trenes y las aguas,
mientras la angustia inmóvil del acero
se hunde más en la tierra y más la clava?
• El Encantamiento
MELISANDA, la dulce, se ha extraviado de ruta,
Pelleas, lirio azul de un jardín imperial,
se la lleva en los brazos, como un cesto de fruta.
• Amor
MUJER, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin, pena al lado mío,
y saliera en la estrofa —limpio de todo mal—.
… Cómo sabría amarte, mujer como sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás.
Morir y todavía
amarte más.
Y todavía
amarre más